Minai
Cerámica Minai,
llamada también Cerámica con siete colores, se produjo desde el último
periodo del siglo XII a principios del XIII, sobre todo en los alfares de
Kaashan, pero también en Rayy y en Saave, durante el reinado de la dinastía
turca selyúcida (XI-XIII). Parece que solo se hizo en el Irán pre-mongol, en los actuales
Irán e Irak.
Quizás, la primera
referencia a esta cerámica Minai es el texto del sirio Yāqut Ḥamawi (Hama 1179-Alepo 1229) en su Geografía de los Países (Moʿjam
al-boldān), terminado de escribir dos años antes
de su fallecimiento, donde cita las pujantes cerámicas y azulejos vidriados de
Kashan que se exportaban ampliamente. Pero las sucesivas invasiones mongolas (de 1251 a 1259) ponen fin a esa
producción. Según el breve apéndice sobre cerámica en el tratado sobre
minerales, gemas y perfumes (ʿArāʾes al-ǰawāher wa
nafāʾes al-aṭāʾeb, 1300 ó 1301) de Abu'l-Qāsem Kāšāni (historiador de la corte mongola,
matemático, perteneciente a la familia de ceramistas Abī Ṭāher, hermano del ceramista Yūsof,
cuarta generación) la cerámica Minai en
el siglo XIV ya no se producía.
El reducido número de piezas
firmadas y fechadas que en la actualidad quedan abarca un periodo que va desde
1177 a 1219 lo que nos aproxima a su periodo de fabricación. Sobresale el
ceramista Abu Zayd al-Kashani (Abu Zayd de Kashan). Algunas fuentes le atribuyen un hermano, algo no
confirmado, Alī b. Moḥammad b. Abī Zayd que se dedicaría exclusivamente al
reflejo metálico. Pero la posibilidad de que sea un mismo ceramista es la más
admitida actualmente.
La cerámica Minai es un reflejo de
la porcelana china. La llamada pasta de piedra o “fritware” que
empleaban parece que surge en Egipto en el siglo XI. Le agregaban vidrio molido (frita),
sílice y un aglutinante orgánico. De esta manera reducían la temperatura de
cocción, obtenían un fuerte cuerpo blanco que junto al estaño del esmalte les
ofrecía paredes delgadas y traslúcidas, los materiales se fusionaban mejor y
eran menos probables los fallos. Su intención era aproximarse a su admirada
porcelana china.
Sobre un fondo blanquecino o azulado resultante de una primera cocción, y con esmaltes rojo, blanco, verde, azul oscuro y claro, marrón, negro y a veces oro, dibujaban minuciosamente personajes formando composiciones extraídas de relatos o leyendas, actividades de la corte, banquetes, cacerías, etc., ... y horneaban de nuevo.
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