Lákabi, cerámica.
La traducción de este nombre persa podría ser vidriado con color. El término “rákabi” parece una transliteración de la palabra persa “lo’aabii”.
Se trata de una cerámica con decoraciones grabadas en varios grosores de línea, sobre una pasta
tierna de cuarzo muy pura, blanca. Se cubría todo con un esmalte blanco de
estaño, y después de una primera cocción, en la concavidad que forma la línea
aplicaban esmalte con color, muy fundente,
generalmente azul claro u oscuro, verde, amarillo o púrpura manganeso, que
quedaba retenido por las pequeñas paredes formadas en los laterales de la
incisión impidiendo su expansión. Esta técnica es algo parecido a lo que en
España llamamos tubado, y que también nos recuerda a la de los esmaltes sobre
metal.
Personajes históricos, arpías, esfinges, aves, peces y músicos son los
motivos pintados más frecuentemente, en general sobre superficies planas.
Se produjo
entre finales del XI hasta el XIII en los talleres de Kaashaan y en los de
Shahr-e Rey, ambos en Irán; y en Siria, en los de Rakka. A simple vista es
difícil diferenciarlos, aunque en general se acepta que la pasta siria es más
gruesa y con el vidriado no cubrían todo.
Parece que la cerámica lákabi tiene su origen en Egipto, concretamente en Fustat (centro del poder durante la dinastía de los Omeyas, desde 660 a 750), ya que en sus ruinas aparecieron fragmentos cocidos, fracasados, de una cerámica próxima a lákabi, con decoraciones incisas, recubierta de un pobre esmalte blanco pero con un excelente esmalte de colores con brillo. Incluso aparecieron muestras de transparente.
Esta entrada completa la de Esmalte Azul Cobalto de este blog donde encontrareis un magnífico plato del siglo XII con la representación de una esfinge: cuerpo de león y cabeza de mujer. La pieza de cabecera de esta entrada es también del XII y representa a una arpía: cuerpo de ave de rapiña y cabeza de mujer. Ambas piezas sirias de los alfares Rakka.

Lákabi. Rakka, Siria, siglo XII. Plato con dibujo de una liebre.
Lákabi. Quizás alfares de Rakka, siglo XII.
Comentarios
Publicar un comentario